3ª Asamblea Eclesial Nacional
Del 7 al 9 de octubre en Santiago
DE DÓNDE SURGE ESTA ASAMBLEA
Hagamos un poco de historia y veamos de dónde surge esta convocatoria. Esta III Asamblea es continuidad de un proceso vivido por la Iglesia de Chile en los últimos años. Ya se habían realizado dos Asambleas Nacionales en los años 2007 y 2013 en las que la Iglesia quiso escuchar la voz del Pueblo de Dios.
Pero en el contexto de la crisis vivida como Iglesia en Chile en el 2018, los obispos tomaron la decisión de iniciar un tiempo de discernimiento eclesial con amplias consultas que se recogieron en un documento precioso con un título un poco especial: “Informe de sistematización”. El proceso se enriqueció con la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe en 2021, que motivó a muchos laicos a participar con sus aportes, tanto personales como grupales
En octubre el 2021 el Papa Francisco convocó a la Iglesia universal al Sínodo de la Sinodalidad. Y todos estos caminos se han unido, no como acontecimientos separados, sino como parte de un único proceso. Las diócesis hicieron nuevas consultas, así como algunos grupos eclesiales: Religiosos/as, Diáconos, Pastorales diversas, etc. Las conclusiones fueron recogidas en una síntesis que será el documento base de discernimiento para esta III Asamblea.
EL ENCUENTRO POR UNA IGLESIA SINODAL, PROFÉTICA Y ESPERANZADORA
El encuentro se realizó en Santiago, en el colegio La Salle de la Reina y en él participaron unas 600 y personas, que fueron llegando del sur y del norte del país en la mañana del 7 de octubre. En el patio del Colegio se implementó una carpa que acogía a todos/as los/as participantes para la bienvenida y en donde se realizaron los encuentros masivos: oraciones, Eucaristías, orientaciones e informes de la sistematización de los aportes realizados en los grupos.
Convocados para dar un paso significativo en el anhelo de la Iglesia de Chile que busca ser: SINODAL, PROFÉTICA Y ESPERANZADORA, el lema del encuentro – “Renacer del Agua y del Espíritu” – quería destacar que el Espíritu es quien conduce este proceso. Cada día estuvo marcado por un signo de la acción del Espíritu: VIENTO, ACEITE, AGUA.
Las palabras de bienvenida, saludo, mensaje del Papa a la Asamblea, nos introdujeron ya en el proceso con un lema “oculto”: NO PARTIMOS DE CERO. Esto es parte del proceso que está viviendo la Iglesia en Chile.
LAS ÁREAS DE DISCERNIMIENTO
Con los aportes recogidos en las diferentes instancias de participación previas a la Asamblea, se clasificaron las áreas de discernimiento en dos grandes bloques:
- Núcleos para el ámbito de las relaciones al interior de la comunidad eclesial
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- Participación y representatividad
- Construcción de consensos y toma de decisiones
- Transparencia, rendición de cuentas y supervisión
- Dinámicas relacionales y manejo de conflictos
- Liderazgo para el servicio
- Celebración litúrgica
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- Núcleos de relaciones que desafían a la Iglesia hoy
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- Relación con quienes más sufren
- Relación con las víctimas de abuso y la prevención
- Relación con la mujer
- Relación con personas con diversas orientaciones sexuales
- Relación con los Jóvenes
- Relación con la familia en sus múltiples desafíos y transformaciones
- Relación con el país en sus procesos sociales y políticos
- Relación con el medio ambiente
- Relación con la cultura y la transmisión de la fe
VIVENCIA COMUNITARIA
Acentuando la dimensión comunitaria de la Iglesia la mayor parte del trabajo se desarrolló en Comunidades de oración, reflexión y discernimiento. Cada una de ellas integraba 10 participantes. Y 10 comunidades formaban un Núcleo identificado por un color. No todos trabajaron todo, sino que los temas se fueron repartiendo de modo que cada Comunidad se centraba en una temática más concreta y pudo hacer su aporte en un aspecto de cada uno de los núcleos.
Las Comunidades fueron instancias de oración y discernimiento muy profundos, con amplia participación de sus integrantes que finalmente produjeron un clima de amistad y fraternidad entre todos/as.
ASPECTOS MÁS SIGNIFICATIVOS DE LA EXPERIENCIA VIVIDA EN LA ASAMBLEA
- Un espacio en el que el Espíritu se ha hecho presente
- A través de la oración, los cantos, la Eucaristía y signos que abundaron en ellas
- Por el ambiente de discernimiento que se ha vivido en los grupos/comunidades. En el “trabajo” abundó la oración, los silencios antes y después de escucharnos
- Por los consensos que se iban dando en las Comunidades y los esfuerzos de sistematización y síntesis
- Una experiencia comunitaria y eclesial.
- Nadie estaba ahí por iniciativa personal, cada uno/a de los/as participantes era representante de una diócesis o pastoral específica
- Gran parte de la Asamblea se vivió en las Comunidades: trabajo, reflexión, escucha, discernimiento
- Un ambiente en general y alusiones concretas a la Iglesia chilena, al Pueblo de Dios que peregrina en Chile
- Presencia de los Pastores, ya que participaron casi todos los obispos de Chile, los vicarios pastorales, muchos párrocos.
- Ambiente ecológico puesto en práctica
- No se repartieron papeles, todo se trasmitía a través del WhatsApp a los teléfonos: cantos de las celebraciones, instrucciones de trabajo, síntesis que se iban alcanzando, etc.
- Para no emplear vasos y otros materiales desechables, se entregó a cada participante un jarrito/termo que se usaba para todo tipo de líquidos que se necesitara consumir.
- Servicio en la ejecución
- Muchas personas estaban allá para facilitar las cosas: animadores, responsables de la metodología, secretarios de las Comunidades, responsables de la sistematización o síntesis de los grupos
- Equipo de servicio de la Arquidiócesis de Santiago: jóvenes dispuestos a cualquier cosa que se necesitara: traslado de sillas, transporte de elementos, etc.
EL DESAFÍO DEL ENVÍO
La Asamblea como tal concluyó con la renovación de las promesas del bautismo y el envío a los/as participantes en una celebración final llena de signos y de alegría. Pero nada de esto sería eficaz si cada uno/a de quienes participamos en ella no asumiéramos el compromiso de llevar lo vivido aquí a nuestras diócesis y ámbitos pastorales.
Ahora queda la bajada a la realidad, el desafío de entusiasmar a quienes no participaron en la Asamblea, y más aún, incluso a quienes no participaron tampoco en la preparación y discernimiento anterior. Pero la inyección de ánimo y fuerza del Espíritu recibida en estos días nos impulsará a no desfallecer y continuar con este proceso en el que Dios nos ha invitado a participar para hacer que nuestra Iglesia, paso a paso, sea cada vez mas SINODAL, PROFÉTICA Y ESPERANZADORA.